I

A lo lejos, en el campo, se escucha un fuerte estruendo. Finalmente unas voces:

-Déjalo ahí

-Pero si aún está…

-Tranquilo, por aquí no pasa nadie y con el tiempo nadie se va a acordar de lo que significó.

II

A veces, siento que todo a mi alrededor se vuelve húmedo. Luego, me quitan la capucha y el aire vuelve a acariciarme el cogote. El aire de la libertad y la tranquilidad.

III

Cuando lo vi, supe que era para mi. Su aspecto jovial me cautivó y su elegancia le hizo ser la mejor opción. Al tenerlo cerca sabía que por fin había encontrado lo que hacía tanto tiempo que buscaba. Sí, esta vez había acertado, no podía equivocarme de nuevo. Estaba convencida de que ahora sí iba a ser feliz. Llamé al dependiente, pagué y me lo llevé.